viernes, 11 de mayo de 2012

continuamos con...

En cuanto a las hijas Bennet más jóvenes, ha llegado la milicia y están listas para lanzarse a cualquier oficial que venga por sus partes. Conocen a un encantador joven que se llama Sr. Wickham, quien hace amigos con Elizabeth rápidamente. El Sr. Wickham le cuenta a Elizabeth su triste historia, durante la cual le dice que todas las oportunidades de su vida fueron destruidas por el Sr. Darcy, y la convence de que el Sr. Darcy es el Mal Encarnado. Elizabeth cree todo lo que le dice el Sr. Wickham y se entera también de que Lady Catherine (la jefa del Sr. Collins) es la tía del Sr. Darcy.




Al día siguiente, todas las chicas Bennet reciben una invitación a un baile en Netherfield, la mansión del Sr. Bingley. Elizabeth se emociona por la oportunidad de bailar con Wickham y también por ver una confrontación entre el Sr. Darcy y el Sr. Wickham. El Sr. Wickham no asiste al baile pero el Sr. Darcy le pide un baile. El Sr. Collins se lo pide también pero su estilo de bailar es grotesco y hasta penoso. El resto de su familia le da vergüenza también: La Sra. Bennet dice que el Sr. Bingley probablemente pedirá la mano de Jane y Mary demuestra su falta de talento musical. Lydia y Kitty coquetean cursimente con los soldados.

A la siguiente mañana, el Sr. Collins pide la mano de Elizabeth pero ella tiene que casi golpearlo en la cabeza para que entienda su rechazo. No nos compadecemos mucho del Sr. Collins porque Charlotte Lucas, la amiga de Elizabeth, finge ser su amiga pero en verdad está buscando un esposo para sí misma. El Sr. Collins le pide su mano y ella acepta. Elizabeth queda estupefacta cuando se entera de su noviazgo. No puede creer que la prudencia de Charlotte le permitiría casarse con un hombre tan ridículo. Sin embargo, Charlotte le explica que es una soltera que no tiene perspectiva y preferiría tener su propia casa en vez de vivir con sus padres para siempre. Básicamente, a buena hambre no hay pan duro.

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